La Forma
La forma traduce los modales externos, la cultura y originalidad del escritor, las facultades constructivas y de ejecución, los intereses y preocupaciones más sobresalientes y el simbolismo de ciertos estados anímicos y deformaciones del cuerpo, refleja también “la aptitud patoplástica”. El término (de pathos = sufrimiento, y plassein = formar, modelar) quiere designar la tendencia inconsciente de cada individuo a representar en las formas gráficas su ideal, su “imagen – guía”, lo que quisiera ser, o bien la tendencia a representar el mismo “disfraz” que en algunos casos se utiliza para hacer frente a las necesidades sociales o a las amenazas que surgen desde fuera.
Escritura angulosa
En sentido general: El ángulo revela una actitud poco adaptada a un plan social. Es propio de las personas esquizoides y de los caracteres individualistas e insatisfechos, con fuerte necesidad de independencia y con tendencias reivindicadoras.
El ángulo señala la existencia de un descuerdo entre el YO y el mundo, y se traduce, en la actitud exterior, por una falta de flexibilidad, por una especie de “resistencia” u oposición interior frente a las normas de validez colectiva (necesidad de independencia o de reivindicación.)
Con signos de rapidez y tensión indica firmeza y decisión en el modo de pensar y de actuar. Brío y virilidad de impulso. Tendencia a imponer los propios criterios al ambiente.
Es frecuente este grafismo en sujetos dotados de capacidad de mando, de facultades críticas y de combatividad.
En sentido negativo: Frío dominio del lado emotivo y sentimental, el ángulo en los grafismos femeninos, principalmente cuando va acompañado de una buena tensión y barras de “T” o jambas con movimientos triangulares señala la tendencia, al menos el ensayo, a adaptar a los demás a los propios “deseos”, caprichos o necesidades.
Escritura curvilínea
En sentido general: El movimiento en curva refleja una actitud adaptativa, fácil y espontánea a las situaciones sociales o al ambiente en general.
Si falta la tensión en los movimientos, la adaptación se transforma en docilidad, en sumisión al ambiente que rodea a la persona.
Cuando la escritura acusa una cierta tensión (presión fuerte sobre la base de las letras en la zona media), la capacidad de adaptación del individuo a las situaciones reales de la vida se lleva acabo sin falsificar grandemente las condiciones del medio (ni sus propias relaciones con éste.
El predominio de la curva sobre el ángulo – dice Brach – es un indicio de sociabilidad. Si las curvas se afirman, sobre todo en la base de las letras, se puede sospechar un buen equilibrio físico y moral.
Cuando las mayúsculas y el conjunto del escrito presentan un nivel de forma estéticamente grato y armónico, reflejan, altas cualidades morales (bondad y simpatía). Sentimiento estético. Espíritu dotado de grandes cualidades “expresivas” y persuasivas (los movimientos en curva son más propios del sentimiento, de la imaginación y de la intuición que de la razón.
No se podría nunca asociar el optimismo, la alegría franca y expansiva y los sentimientos de placer y dolor espontáneos a movimientos angulosos.
EL TAMAÑO
El estudio del tamaño, en grafología, se centra en la dimensión de las palabras o letras de un texto, sin tener en cuenta la relación que guardan con el espacio.
El tamaño de la escritura, según el análisis grafológico, está directamente relacionado con la necesidad de expansión que tenga una persona, el grado de autoestima que posea y la imagen que se haya hecho de sí misma.
En términos generales, una escritura se considera de tamaño mediano o normal cuando el cuerpo medio de las letras sea de unos 3,5 mm; será pequeña cuando mida de 2 mm y grande cuando sobrepase los 5mm.
Una escritura pequeña indica que la persona es muy detallista y meticulosa, y presta mayor atención a los detalles que al conjunto. Muchas veces es difícil entablar una relación con ella, pues su susceptibilidad puede provocar numerosos roces, aunque también suele ser atenta y generosa con las personas que aprecia.
Es muy penetrante y observadora, pero también de un perfeccionismo que puede convertirse en obsesivo. Sin embargo, quien escribe con letra pequeña tiende a encerrarse en sí mismo: es introvertido y silencioso. Pocas veces se decide a proponer un proyecto o a dar su opinión ante los demás si no son de confianza. En los casos más agudos, suele valorarse poco y llega a desarrollar complejos de inferioridad.
Escritura grande: Una escritura grande puede captar mejor un hecho determinado en conjunto que en detalle. Y suele poseer una característica más apacible y tolerante, pues es capaz de ponerse por encima de las circunstancias y disculpar los malentendidos que pudiesen surgir en su trato con los demás. Quienes escriben con una letra de tamaño grande suelen valorarse muy bien, pero pueden caer en un egocentrismo más o menos agudo según el caso.
Su necesidad de expansión es notable: A menudo se convierten en personas dominantes que desean imponer sus puntos de vista por encima de los demás.
La escritura de tamaño mediano: Indica una necesidad de expansión más mesurada y una apreciación más ajustada a sus capacidades y sus limitaciones. Generalmente se ubican mejor en la relación social desde el respeto y la confianza, no avanzando más de lo necesario, considerando el respeto como algo importante entre las personas. Esta característica le permite evitar conflictos con terceras personas, sobre todo si son difíciles de satisfacer.
LA CONTINUIDAD
Está directamente relacionado con actitudes y hábitos tan importantes como la constancia y la disciplina.
La persona tiende a regirse por la lógica, respetando normas y procedimientos vigentes tanto en el orden laboral como social.
Una escritura es ligada: Cuando las letras están unidas por sus trazos, sin levantar el bolígrafo del papel, y puede interpretarse como una señal de que la persona se guía por la reflexión.
Asimismo indica que la persona es estable y mantiene sus ideas, actitudes y sentimientos contra viento y marea hasta que consigue realizar sus proyectos.
Escritura desligada: En este tipo de escritura, la mayoría de las letras carece de unión, ya que el autor suele alzar el bolígrafo cada vez que traza una letra. Quienes escriben de este modo suelen obedecer más a su intuición que a su lógica.
Rendimiento: La presión ejercida en un escrito y la nitidez de los trazos, son factores favorables a la hipótesis de que estamos ante una persona con aptitudes para trabajar.
La buena ejecución así como el aprovechamiento del papel, esta en relación con el rendimiento en parámetros normales a la proyectividad laboral.
La capacidad para realizar el trabajo será buena, manteniendo un ritmo constante y sostenido.
Constancia: La escritura bien ejecutada, con margen izquierdo regular, aunque el derecho no lo sea tanto, refleja el grado de constancia que una persona puede tener en un lugar de trabajo.
La dirección de las líneas, al igual que la presión será indicativa de que tiene aptitudes para ser constante en tarea que le es asignada.
Capacidad de decisión: El correcto esparcimiento de la palabra al igual que la presión ejercida, es importante en las personas con capacidad para tomar decisiones y resolver sin titubeo los problemas cotidianos.
Otro rasgo importante es la velocidad del escrito.
La cohesión de la escritura, así como la simplificación, son interesantes a la hora de decidir.
El liderazgo
Los líderes son personas movilizadoras, personas que despiertan nuestro entusiasmo y alientan lo mejor que hay en nosotros. Cuando tratamos de explicar su especial habilidad apelamos a nociones como la planificación, la prevención o el poder de las ideas, pero la realidad es mucho más sencilla: los líderes son personas que saben manejar las emociones.
Su éxito no depende tanto de lo que hacen como del modo en que lo hacen. Si un líder carece de la capacidad de encauzar adecuadamente las emociones, nada de lo que haga funcionará como es debido.